Jose Luis Marquez

Rev. Jose Luis Marquez, 94, of Meriden, CT passed away on July 29, 2024. Born on June 21, 1930 in Carolina, Puerto Rico, he was the eldest of thirteen children. “Brother Luis” as he was fondly called was loved by many. His wife, Francisca Rivera preceded him in death; he is survived by his children: Wilfredo, Jose, Carlos, Pedro and Virgen Marquez and their spouses, along with his grandchildren Jean Carlos, Luis, Rosemary, Shanice, Luis Miguel, Christian, Ezekiel, Alyse and Grace.

In 1953 he enlisted in the U.S. Army where he served honorably. But it was his service in ministry where Rev. Luis is most remembered for. His easy going personality and his great sense of humor made him approachable and brought him a life-time of friendships. A devout follower of Jesus, he opened his home and personally tended to many needs. When others closed their doors and their wallets, Rev. Luis generously opened his heart and selflessly helped those who came to him. The stories are numerous but the legacy is one: He lived for Jesus and his life was a vivid example of that love.

El Rev. José Luis Márquez, de 94 años, de Meriden, CT, falleció el 29 de julio de 2024. Nació el 21 de junio de 1930 en Carolina, Puerto Rico, y fue el mayor de trece hijos. “El Hermano Luis” como le llamaban cariñosamente era querido por muchos. Su esposa, Francisca Rivera, lo precedió en la muerte; le sobreviven sus hijos: Wilfredo, José, Carlos, Pedro y Virgen Márquez y sus cónyuges, junto con sus nietos Jean Carlos, Luis, Rosemary, Shanice, Luis Miguel, Christian, Ezekiel,Alyse y Grace.

En 1953 se alistó en el Ejército de los EE. UU., donde sirvió honorablemente. Pero fue su servicio en el ministerio por lo que más se recuerda al Rev. Luis. Su personalidad templada y su gran sentido del humor lo hicieron accesible y le brindaron una vida de amistades. Un devoto seguidor de Jesús, abrió su hogar y atendió personalmente muchas necesidades. Cuando otros cerraron sus puertas y sus billeteras, el Rev. Luis abrió generosamente su corazón y ayudó desinteresadamente a quienes llegaron a él. Las historias son numerosas, pero el legado es uno: vivió para Jesús y su vida fue un ejemplo real de ese amor.